Desde que este pequeño pero grandioso invento llego a mi vida me tiene fascinada, en un principio mis ganas de hilar eran proporcionales a las veces que el huso tocaba el suelo, nulas, por la impotencia de no poder hilar en condiciones.
Cuando por fin mis manos se adaptaron a él fue algo fascinante, ya no he podido parar. Entonces pense... porque no encontrar lana en españa para hilarla, al principio sabíamos que era algo casi imposible porque aqui el procesado de la lana esta perdido practicamente.
Pero entonces llego mi compañero P y me trajo desde Pamplona nuestra primera lana, estaba muy muy sucia, sucia de verdad, pero no sabeis que sensación tan maravillosa por fin teniamos lana. Después gracias a gente encantadora de Pamplona conseguimos mucha más, no me cansare de darles las gracias, porque ya no se suele encontrar gente así, desinteresada que te ayuda en un proposito que muchos dicen que es algo absurdo o inutil.
Este es un poco de lana ya cardada sin teñir. Ahora viene lo mejor, las mezclas de colores de fibras y muchos procesos mas que estan por venir.
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